30 de enero de 2015

Hundirse en algo


“A veces, últimamente, me parece un milagro que la gente pueda preocuparse de verdad y enormemente por algún asunto o por algún objetivo y pueda seguir haciéndolo durante años y años. Dedicarle toda la vida.  Parece admirable y al mismo tiempo patético. Todos nos morimos por entregar nuestras vidas quizá a Dios o a Satán, a la política o a la gramática, a la topología o a la filatelia; lo que sea es secundario para esa voluntad de entregarse de forma total. A los juegos o a las jeringuillas o a otra persona. Hay algo patético en ello. Una huida de algo bajo la forma de hundirse en algo”.

David Foster Wallace (Fragmento de la novela "La broma infinita", 1996)

23 de enero de 2015

El odio a los árboles


"¿Es posible? ¿Odio a los seres que, inmóviles, con los nobles brazos siempre abiertos, nos ofrecen sin cansarse jamás la caricia de su sombra, la fecundidad silenciosa de sus frutos, la poesía múltiple y exquisita que elevan al cielo? Se asegura que existen plantas dañosas. Tal vez, mas no por eso las debemos odiar. Nuestro odio las condena. Nuestro amor quizás las transformaría y las redimiría. Oíd a un personaje de Víctor Hugo: «vio gentes del país muy ocupadas en arrancar ortigas; miró el montón de plantas desarraigadas y ya secas, y dijo: -Esto está muerto. Esto hubiera sido sin embargo algo bueno si de ello hubieran sabido servirse. Cuando la ortiga es joven, su hoja es una excelente legumbre; cuando envejece, tiene filamentos y fibras como el cáñamo y el lino. La tela de ortiga vale tanto como la tela de cáñamo. Es por lo demás la ortiga un excelente pasto que se puede segar dos veces. ¿Y qué necesita la ortiga? Poca tierra, ningún cuidado, ningún cultivo... Con un poco de trabajo que se tomara, la ortiga sería útil; se la descuida y se vuelve dañosa. Entonces se la mata». «¡Cuántos hombres se asemejan a la ortiga!» -Y añadió después de una pausa-: «Mis amigos, tened esto: no hay malas hierbas ni hombres malos. Sólo hay malos cultivadores»".

Rafael Barrett (Fragmento de "El odio a los árboles", del libro "El dolor paraguayo", 1911)

16 de enero de 2015

La personificación del desprecio


"-Para gobernar indefinidamente, tan sólo es necesario crear entre las gentes que uno gobierna algo que nosotros llamamos.... mala historia. Nada producirá mala historia de una manera más directa y brutal que trazar una línea, en particular una línea recta; es la personificación del desprecio en medio de un pueblo a fin de crear una distinción entre ellos. Es el primer golpe, y todos los demás golpes lo seguirán, como si estuvieran predestinados, para llevar al pueblo hacia la guerra y la devastación".

Thomas Pynchon (Cita de la novela "Mason y Dixon", 1997).

9 de enero de 2015

Cambiar de rumbo


¡Ay! -dijo el ratón-. El mundo se hace cada día más pequeño. Al principio era tan grande que le tenía miedo. Corría y corría y por cierto que me alegraba ver esos muros, a diestra y siniestra, en la distancia. Pero esas paredes se estrechan tan rápido que me encuentro en el último cuarto y ahí en el rincón está la trampa sobre la cual debo pasar.
-Todo lo que debes hacer es cambiar de rumbo -dijo el gato... y se lo comió.

Franz Kafka ("Una pequeña fábula")

2 de enero de 2015

¿Quién tendrá...?


¿Quién intentará curar, consolar a los que lo perdieron todo: fe en el trabajo, poesía serena del hogar, poesía ardiente de una ternura que elige, sueña y canta? ¿Quién confortará a los que aún no rompieron en llanto y en ira? ¿Quién tendrá bastante constancia para combatir los fantasmas fatídicos, bastante piedad y respeto al tocar las raíces sangrientas del mal, bastante paciencia para despertar las mentes asombradas, bastante dulzura para atraerse las criaturas enfermas?

Rafael Barrett (Fragmento del texto "En la estancia", del libro "El dolor paraguayo", 1911).