11 de diciembre de 2009

Beethoven


Vivió una infancia prisionera, y creyó en la libertad como si fuera religión.
Por ella dedicó a Napoleón su tercera sinfonía y después borro la dedicatoria,
Inventó música sin miedo al que dirán,
Se burló de los príncipes,
Vivió en perpetuo desacuerdo con todo el mundo,
Fue solo y pobre, y tuvo que mudarse de casa más de sesenta veces.
Y odió la censura.
La censura cambió el nombre de la “oda a la libertad”, del poeta Friedrich Von Schiller, que paso a ser la “oda a la alegría” de la novena sinfonía.
En el estreno de la novena, en Viena, Beethoven se vengó. Dirigió la orquesta y el coro con tan desenfrenado brío que la censurada “oda” se convirtió en un himno a la alegría de la libertad.
Ya la obra había concluido y el seguía de espaldas al publico, hasta que alguien lo dio vuelta y el pudo ver la ovación que no podía escuchar.

Eduardo Galeano

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola!
me parece haber leido esto en algun lado pero no se de que libro. me podrias decir?

flory

Syd dijo...

Hola!!... cómo va? el texto es del libro "Espejos, una historia casi universal ". Es el último que sacó, en el 2008... tiene cosas muy lindas sinceramente... de cualquier modo, lo que si no podés dejar de leer, en caso de que no lo hayas hecho, es "Las venas abiertas de América Latina". Debería ser de lectura casi-obligatoria en todos los colegios para aprender un poco sobre la verdadera historia, lo que pasó realmente más allá del ya conocido "descubrimiento" de América... pero no creo que decidan agregarlo al plan de estudio, no? =)...

abrazo!